Entrevista a Susana, por Olaya Rubio
Amor que no se borra
Gracias, Susana, por abrirnos tu corazón y compartir esta historia tan honda. Abraham vivió en ti, nació en silencio, y desde entonces te transformó para siempre. Hoy nos hablas de él, de ti, de Abril, de todo lo que fuiste aprendiendo en el camino.
Gracias por prestarnos tu voz.
¿Quién eras tú cuando supiste que Abraham venía en camino?
Era una mama un poco con la vida patas arriba porque me iba a casar y sabiendo que estaba embarazada, al final no me case, lo pospuse porque no veía bonito ir vestida de novia con un barrigón.
¿Cómo recuerdas ese embarazo, y qué sueños tejías entonces?
Recuerdo un embarazo con mucha ilusión pero durillo, porque desde un principio tenia dolores, sangrados, malestar general.
¿Cómo fue enterarte de que su corazón había dejado de latir?
El nació vivo, lo tuve que dejar de morir por la infección tan grande que teníamos ambos
¿Qué pasó en esas primeras horas, cómo lo viviste tú y tu entorno más cercano?
Yo cuando me dijeron que no iban hacer nada por el, me quede en shock, luego me llevaron para hacerme el legrado y cuando se me pasó la anestesia solo sabia llorar, no me salían palabras sólo llorar, el padre desde un principio lloraba muchísimo, a mi no me salían las lágrimas.
¿Pudiste elaborar un plan de parto tras recibir la noticia?
no, yo llegué por contracciones, me lo provocaron y lo tuve.
¿Te sentiste acompañada en ese proceso?
Solo por una matrona, que fue encantadora y súper amable.
¿Dónde nació Abraham y qué atención recibiste allí?
Nació en el hospital y la atención por parte del ginecólogo fue muy desagradable y nada de empatía.
¿Hubo gestos, detalles o personas que marcaron la diferencia en cómo viviste su nacimiento?
Si, la matrona fue muy buena y atenta, mientras que el ginecólogo fue muy borde y muy desagradable, nada de empatía. También me pusieron en la planta donde había personas ingresadas por otras causas y no en la zona de madres porque sabían que era muy duro, aparte, me pusieron en una habitación sola, donde había al lado una sala de espera para que pudiera estar mi familia.
Tu cuerpo produjo leche, y elegiste donar. ¿Qué te impulsó a tomar esa decisión?
Leer que había bancos de leche para ayudar a bebes prematuros, y dije, es la única forma de hacer que mi hijo ha merecido la pena estar conmigo poco tiempo, y que su nombre ayude a muchos bebés. La verdad que nadie me avisó de que me iba a dar subida, pero estando ingresada, algo me dijo, te va a dar subida, mira sobre los bancos de leche, y así fue, al tercer día de mi alta en casa, me empecé a notar el pecho muy duro, súper grande y yo pensaba ¡no puede ser verdad, me ha dado subida!.... pues nada, me fui al hospital y pregunté sobre los bancos de leche.
¿Cómo viviste esa lactancia sin Abraham en brazos?
Fue muy dura, no había bebe para abrazar y mimar, los pezones me dolían horrores porque no había bebe para estimularlos y solo con
el saca leches.
¿Qué significó para ti poder ofrecer leche a otros bebés que la necesitaban?
fue una satisfacción saber que gracias a el, tenía leche para ayudar a otros bebes, que si no hubiera sido gracias a él y por desgracia su muerte, no hubiera ayudado a ningún bebe, ya que no sabia nada de la existencia de los bancos de leche. Y me trataron muy bien en el materno de Málaga, con mucha dulzura y mimo, en el hospital de Antequera, también en la zona de partos, lo que me atendieron ese día que lleve leche también se pusieron muy contentos por lo que estaba haciendo, la verdad que era muy gratificante y muy enriquecedor lo que estaba haciendo.
¿Cómo fue tu vivencia corporal, emocional, hormonal tras el parto?
Pues me hice la dura en todos los aspectos, siempre con sonrisa, siempre intentando aparentar que estaba perfecta, pero cuando llegaba la noche, sola en casa o en la cama, lloraba muchísimo y me martirizaba una barbaridad, de porque no me había dado cuenta antes de la infección
¿Sentiste que tu entorno entendía el duelo que estabas viviendo?
No, la mayoría me decían que ya tendré otro, que no pasaba nada, que mejor así antes de que fuera mas grande, y los más cercanos, directamente ni me preguntaban como me sentía, para no sentirse ellos incómodos.
¿Hubo algo que te ayudara especialmente en esos primeros meses? ¿Grupos de apoyo, rituales, personas...?
me metí en grupos de matrioskas para entender el proceso, pero realmente, lo pase yo sola, leyendo sobre la muerte perinatal, viendo videos de psicología, de muerte perinatal, yendo a darme masajes ayurvédicos y al poco tiempo fue cuando decidí estudiar terapias alternativas para ayudarme a mí y al resto de personas, porque sabia que no estaba avanzando en mi dolor, solo lo estaba tapando.
Ya eras madre de Abril. ¿Cómo hablaste con ella de Abraham, de su existencia, de su muerte?
por desgracia, se entero por gente de la calle, ya que estoy separada de su padre y se entero por parte del padre, donde no tuvieron mucho tacto con ella, y cuando llego, después de estar quince días con el, lo primero que me dijo, que donde estaba el hermanito, y bueno, sólo sabia llorar y abrazarla. Le dije que se había puesto malito porque tenía una infección muy grande y no le podía poner medicina por que aun era muy pequeño, y entonces, pues era mejor que se fuera al cielo a cuidarnos. Le ha costado mucho aceptarlo, a día de hoy, a veces lo extraña y se pregunta que porque se tuvo que ir su hermanito
¿Qué te funcionó, qué repetirías, qué le dirías hoy a otras madres y padres que también necesitan contarle a sus hijos e hijas lo que ha pasado con sus hermanitos?
Decirle la verdad desde un primer momento, no ocultarle nada y ser totalmente sinceros. Dejarlos que expresen su dolor, su rabia, su ira, porque la tienen, y por supuesto, llevarlos a la consulta de psicología para que expresen todo eso, ya que son personas, también tienen sentimientos a expresar.
¿Qué preguntas te hizo Abril, qué respuestas diste tú?
Que había pasado, porque había pasado, si yo no me daba cuenta de que estaba malito. Yo le dije que se había infectado la bolsa, y el también, y al ser tan chiquito la medicina no le podían poner porque era mucha infección lo que tenia. No me di cuenta de la infección, pero si mi cuerpo lo notaba, pues tenia molestias, pero iba al medico y me decían que estaba todo bien.
¿Qué espacio ocupa Abraham hoy en tu vida?
Es mi ángel, mi guía.
¿Cómo ha cambiado tu manera de mirar el mundo desde que lo conociste?
Gracias a él me dedico a las terapias alternativas, soy terapeuta emocional y espiritual. Si no hubiera sido por él, yo hoy no me dedicaría a lo que me dedico, ni estaría ayudando a tantas personas y por supuesto ayudándome a mi misma.
¿Qué mensaje querrías enviar a quienes están transitando un duelo similar?
Aceptarlo, no martirizarse de que porque no hicieron tal cosa, no es culpa de ellas, ni por supuesto del bebe. Darle su sitio como hijo, porque es un hijo más, y no ocultar las emociones que se sienten cuando se hablan de ellos. Ir a terapia porque lo que no se habla, el cuerpo lo sintomatiza generándose enfermedades.
Gracias, Susana, por tu verdad, por tu dulzura, por hacer visible lo invisible. Por ayudarnos
a nombrar a Abraham, y con él, a tantos bebés que siguen vivos en el amor de sus madres.
“Abraham nació en silencio, pero trajo una voz nueva a mi vida.”
Contacto de Susana: @mis terapias es _terapia_sana