Buenos días,
Mi nombre es Leyre, soy la mamá de Mar, una bebé que nació sin vida.
Doné su calostro y su leche al banco de leche del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla. Mi número de donante fue el 1350.
Como parte de mi proceso de sanación, quiero compartir unas palabras sobre mi experiencia como donante en duelo. Lo hago con la intención de construir, de sugerir mejoras desde el amor, y de aportar una mirada que quizá pueda enriquecer este camino.
Siempre he oído que la leche materna es muy valiosa, y que el calostro es considerado "oro líquido". Pero siento que su valor va más allá de lo científico. Para mí, la leche materna es amor líquido. Es amor que entregamos a nuestros hijos, estén vivos o no. Es amor que brota del cuerpo de una madre que, aún atravesada por el dolor, sigue siendo fuente de vida.
Por eso creo que es importante cuidar también a las madres que, desde ese lugar tan profundo, deciden donar. No buscamos reconocimiento, sino simplemente un gesto de sostén, una pequeña mirada que honre a nuestros hijos y nuestras maternidades, aunque hayan sido breves, silenciosas o invisibles para otros.
Esa leche que doné estaba destinada a Mar. Era para ella. Pero la vida quiso otro camino. Hoy deseo profundamente que parte de ese amor haya llegado a otros bebés, que haya sostenido a alguna familia, aunque fuera por un solo día más. Si así fue, habrá merecido la pena.
Con ese deseo, y en honor a mi hija y a mi maternidad, redacté un documento de agradecimiento. Lo comparto con ustedes por si consideran que puede ser útil como muestra de gratitud a las madres que, en medio de su duelo, deciden donar amor.
Todo suma. Todo cuenta en un proceso tan duro como es el duelo perinatal. Gracias por tomarse el tiempo de leerme.
Un saludo con cariño,
Leyre
La página de duelo de Lyre y Mar: @la.estrellita.de.mar